Aprender para mejorar: una guía para organizaciones sociales
Este manual está orientado a un campo de gran importancia pero poco explorado para la Inversión Social Privada: el aprendizaje institucional, fundamental para mejorar las capacidades y la efectividad de las organizaciones sociales en sus procesos de intervención. Este campo ha sido poco explorado pues los incentivos para darle prioridad al aprendizaje en las organizaciones sociales son reducidos.
A diferencia del sector empresarial, donde el aprendizaje continuo es crítico para adaptarse y mantenerse en el mercado, en las organizaciones sociales no existe este mismo tipo de presión. Las organizaciones sociales no participan de la misma competencia de las empresas, ni de los incentivos de mercado que motiven al aprendizaje y a la adaptación continua. Estas organizaciones tampoco tienen la presión ciudadana que las obligue a cambiar y responder a sus demandas, aunque si existe la voluntad de algunas juntas directivas o de los equipos ejecutivos por aprender y, en algunos casos, intercambiar prácticas y producir conocimiento, gracias a estímulos por parte de asociaciones o redes de organizaciones. Aquellas organizaciones que quieren aprender son organizaciones que quieren cambiar y mejorar. Se aprende para mejorar las intervenciones, para cambiar o ajustar una práctica, para introducir una innovación, para ampliar el impacto o la escala de la intervención. En ese sentido, el aprendizaje y la gestión del conocimiento no son fines en sí mismos para las organizaciones sociales. Son medios para mejorar la efectividad de las prácticas y asegurar que cada decisión que se toma en un proceso de intervención social se realice teniendo en cuenta el conocimiento y experiencia existentes. (Gorelick, C; Milton, N. and April, K. 2004.:25.).
Para aquellas organizaciones que quieren aprender para mejorar, el reto está en que buena parte del conocimiento y la experiencia existentes en el mundo social no están documentados. No es conocimiento explícito y codificado, está implícito en la cabeza de los expertos de campo (practitioners). Requiere documentarse, compartirse y nuevamente ser interiorizado para convertirse en prácticas mejoradas.
El reto es múltiple para los procesos de aprendizaje en el mundo de las organizaciones sociales: transformar conocimiento implícito en explícito, compartirlo para reflexionar sobre ese conocimiento y extraer las mejores lecciones; difundirlo para que esté al alcance del público y desarrollar estrategias de apropiación para convertirlo en nuevas prácticas sociales con mayores niveles de impacto y eficacia.
Lo anterior implica que el tema del aprendizaje en las organizaciones sociales requiere de la participación activa de los expertos de campo (practitioners). Tales expertos no pueden ser tratados solamente como consumidores de conocimiento producido en otro lado, sino convertirse en parte activa en la producción misma del conocimiento, pues son ellos quienes lo han generado y lo poseen.
El aprendizaje en las organizaciones sociales sólo es posible mediante procesos colaborativos entre expertos de campo. Si bien no se trata de eliminar el papel de la academia en la producción y difusión de conocimiento, si se busca contrarrestar la idea de que en la academia están los actores privilegiados para los procesos de aprendizaje relevantes a las organizaciones sociales. Si el supuesto que orienta el aprendizaje con las organizaciones sociales es que existe un conocimiento implúcito en sus equipos de trabajo, el papel de la academia debería ser facilitar la producción del conocimiento con los expertos de campo y no reemplazarlos en este proceso. (Grantcraft. 2006: 6)
Buscar que los expertos de campo sean a la vez productores y consumidores de conocimiento requiere entonces ir más allá de un modelo de diseminación de buenas prácticas donde unos, los investigadores académicos, investigan y generan buenas prácticas, casos exitosos y lecciones aprendidas y otros, expertos de campo, reciben información para transformar su práctica.
Este modelo de diseminación parte de un grupo que tiene el conocimiento, identifica los potenciales beneficiarios de ese conocimiento y lo transfiere a otros por algún medio (un portal, un documento, un libro, un curso de capacitación). A pesar de la importancia de este modelo, es insuficiente para generar el aprendizaje que se requiere en las organizaciones sociales. Es un modelo centrado en la oferta, que pone poca atención a las necesidades del “beneficiario”. Un modelo que asume que el aprendizaje y el cambio suceden una vez la información es transferida a los receptores.
El modelo que se requiere para generar aprendizaje y cambios en las organizaciones sociales es uno que empiece con los usuarios del conocimiento y termine en ellos, y los trate a la vez como productores y consumidores de conocimiento. Al poner en el centro a los expertos de campo, el principal reto de un modelo de gestión de conocimiento es producir con ellos y traducir el conocimiento en herramientas relevantes para la práctica: marcos de referencias, orientaciones prácticas, manuales, instrumentos, procedimientos, casos ilustrativos (Marketing Your Knowledge. A Report to Philanthropy’s R&D Organizations)
En esta guiía se profundizará en el modelo contestando varias preguntas:
- ¿Para qué se aprende?
- ¿Cómo se aprende?
- ¿Sobre qué se aprende?
- ¿Cuáles son los principales obstáculos para el aprendizaje institucional?
- ¿Cuáles son condiciones institucionales que favorecen el aprendizaje?
Lo que describiremos a continuación es producto de la experiencia obtenida en la Fundación DIS al apoyar y promover procesos de aprendizaje institucional con expertos de campo de las organizaciones sociales, asociaciones de organizaciones y redes. El conocimiento que tenemos sobre estos procesos es incipiente pero consideramos importante documentarlo para compartirlo y generar reflexión colectiva sobre el mismo.
Esta guía es parte del proyecto de “Filantropía colaborativa e inclusión social” que la Fundación para el Desarrollo Institucional de Organizaciones Sociales (Fundación DIS) viene desarrollando con apoyo de la Fundación Ford. Retoma muchos de los avances en aprendizaje que la Fundación DIS ha tenido con diferentes organizaciones y empresas. La publicacoón virtual de esta guía se logró gracias al apoyo de la Comunidad de Madrid y SECOT al programa de la Fundación DIS denominado: Centro Virtual de Información y Servicios para el fortalecimiento institucional de la sociedad civil en Iberoamérica – Fase II.
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